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viernes, 18 de junio de 2010


Qué debo hacer para seguirte Señor:
  • Dejarlo todo y seguir a Jesús significa abandonar todo aquello que sé que me aparta de Dios, para seguir el camino que Jesús me indica, y seguir su ejemplo de vida.


  • Sentarse a los pies de Jesús significa darme un tiempo suficiente, con calma, con atención, con el cor

    azón dispuesto para escuchar la Palabra de Jesús, para escuchar sus enseñanzas. Significa dedicar un tiempo suficiente a aprender más acerca de lo que Jesús enseñó y dijo.


  • Creer en Jesús significa entender que todo lo que hizo y dijo Jesús no son simplemente acontecimientos históricos y palabras bonitas, sino enseñanzas para mi vida, para que yo ponga en práctica.


  • Amar a Jesús más que a nada en el mundo significa que Jesús tiene qu

    e ser para mí una persona viva, a quien amo, no un "personaje de historia" a quien simplemente admiro. Y tengo que amarlo más que a todas las otras cosas y personas de mi vida, es decir, que El tiene que ser el centro de mi vida.

  • Carga con la cruz significa aceptar las propias limitaciones, los defectos, y todas aquellas cosas que me cuestan en la vida o que podrían hacerme volver

    atrás y, a pesar de todo ello, seguir adelante junto a Jesús.


  • Alabar a Dios significa que el discípulo debe ser un hombre de oración, que siempre encuentra un momento para comunicarse con Dios y para alabarlo.


  • Amar a los hermanos significa que el discípulo no puede vivir su relación con Dios dejando

    de lado a los demás. El discípulo se compromete con sus hermanos, con sus alegrías y sufrimientos y comparte con ellos lo que vive junto a Jesús.


  • Dar frutos significa que un discípulo no puede limitarse a aprender a conocer y amar a Jesús. Es preciso que los demás se den cuenta que él conoce y ama a Jesucristo. Para ello, debe dar frutos, es decir, volcar en obras lo que está aprendiendo junto a Jesús.

domingo, 13 de junio de 2010

JUAN PABLO II ... PESCADOR

Y... si Él fue así.. ¿Por qué no lo intentamos?

JUAN PABLO II EL PAPA MISIONERO

Desde el momento en que Karol Wojtyla, el joven Obispo de Cracovia elevado sorpresiva-mente al solio pontificio, eligió su nombre como Papa, eligió también un preciso programa, estilo y trayectoria de vida. Juan era el nombre del Apóstol del amor. Claro: del amor entendido en el sentido cristiano de entrega, de servicio, de capacidad de dar la vida para las personas amadas. Y que Juan Pablo II fuera hombre enamorado de Dios, de la Virgen María, de la humanidad
herida y plagada que habría querido sanar y encaminar hacia la plenitud de la paz y de la felicidad, todo el mundo lo percibió enseguida.

Su amor a Dios y a la Virgen lo hacía tangible y palpable la intensidad de su oración. Así como su amor a los hombres se vislumbraba en el trato atento, tierno,respetuos o y gentil con el cual se acercaba a todos y cadauno. ¡Cuántos niños ha acariciado! ¡Cuántas parejas ha bendecido! ¡Cuántos ancianos y enfermos ha abrazado! ¡Cuántos encarcelados ha visitado y consolado! Quedará como un símbolo y testimonio imperecedero del amor más arduo y admirable la imagen de su abrazo y de su entretenerse afectuosamente en la cárcel de Roma también con el hombre que había atentado contra su vida.

Juan Pablo II cumplió brillantemente también con esta emulación de Apóstol de las gentes, y con el mandato de Jesús: “Vayanpor todo el mundo y hagan discípulos a todos los pueblos...” (Mt. 26,19). Y si Pablo se enfrentaba entonces con un mundo completamente pagano, en la Redemptoris Missio JuanPablo II expresaba su lúcido conocimiento de las dificultades de llevar e impregnar del mensaje del Evangelio al mundo de hoy: “La Misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse. ¡Ay de mí si no predico el Evangelio! (1 Cor. 9,16). Siento imperioso el deber de repetir el grito de San Pablo”. Y continúa el Papa en este documento: “Desde el comienzode mi pontificado he tomado la decisión de viajar hasta los últimos confines de la tierra para poner de manifiesto la solicitud misionera (RM. 1)”.

Gracias a la fatiga de estos viajes misioneros, devenidos un Calvario en los últimos años, en la persona y palabra del Papa, la persona de Jesús ha llegado y su palabra se ha grabado profundamente en muchos cora
zones. Y la Palabra - como nos dice el propio Jesús en la parábola – es como la simiente que, echada a la tierra, parece al momento morir y pudrirse pero, después de cierto tiempo, vuelve a brotar y producir frutos a veces abundantes.


Tanto con los lejanos como con los cercanos nos daba testimonio de cuanto afirma en la Redemptoris Missio: “La fe se fortalece dándola, en la historia de la Iglesia el impulso misionero ha sido siempre signo de vita
lidad mientras que su disminución es signo de una crisis de fe”. Y podríamos así destacar algunos rasgos, ejemplares también para nosotros, de sus estilo de gran misionero de nuestro tiempo. Rasgos que explican además el gran impacto y eficacia en el mundo de su anuncio y testimonio.

Ante todo se notaba claramente que era hombre que vivía y era como impregnado de lo que anunciaba. Vivía compenetrado de la experiencia de un Dios que es amigo, que nos salva y nos llena de la plenitud de la vida y felicidad, que quiere elevar y promover lo más posible al hombre, que ama con predilección a los pequeños y humildes, que es amigo de los pobres e indefensos, que es misericordioso con los pecadores y los marginados. Dives in Misericordia (Rico en Misericordia) será el título de su primera Encíclica.

Pero Juan Pablo II no era sólo predicador de esta fisonomía de Dios, sino era él mismo bueno, sosegado, compasivo, tierno y al mismo tiempo fuerte, decidido y claro en poner en guardia contra el mal. La Evangelización y promoción humana fueron en él un hecho vital antes que teórico, una manera de actuar y relacionarse con los demás antes que una doctrina bien redactada.

sábado, 5 de junio de 2010


TESTIMONIO MISIONERO

Me han pedido que escriba unas líneas acerca de los días que pasé enMozambique este verano pasado. Durante la primera parte de mi visita he viajado en el país desde Maputho a Nampula , es decir desde el Sur hasta el Norte frontera con Tanzania y en avión, después desde la costa del Indico a la costa del lago Malawi en autobuses o “chapa”, viajar en este medio de los “chapas” no fue nada fácil ni cómodo, pues la mayoría de las carreteras son solo pistas de tierra llenas de baches. No tienen horario fijo, hay que levantarse a las cuatro de la madrugada para asegurarse una plaza, mucho polvo y a veces soportar horas bajo el sol o la lluvia cuando las “chapas” están descubiertas en la parte de atrás, son como camiones con bancos para sentarse y poner el equipaje. A pesar de las incomodidades , esta forma de desplazarse permite conocer más de cerca el país y sus gentes. De esta manera pude observar que aunque la gente es pobre, muy pobre en Mozambique, el país no lo es, tienen costas con enormes playas paradisíacas, mucha pesca ( buena parte del pescado y mariscos que consumimos en España proceden de allí), recursos minerales como oro, piedras preciosas y grandes extensiones de tierras para cultivos y cría de ganado. Es difícil comprender que está pasando en este hermoso lugar del planeta, tengo la sensación de no entender nada.

jueves, 27 de mayo de 2010



LA IGLESIA EN ASIA

Asia es la cuna de las grandes religiones. En este continente han nacido el Cristianismo, el Judaísmo, el Islam, el Hinduísmo y las demás religiones orientales.

La Iglesia Católica de Asia es la más pequeña del mundo, si bien la población de este continente es la más numerosa. Tan sólo el 2,9% de los asiáticos

En la mayor parte de Asia, los católicos son perseguidos, viéndose obligados en muchos casos a vivir su fe en la clandestinidad.

La excepción en Asia la constituye Filipinas, que alberga a la mayor cantidad de católicos del continente.Entre los grandes misioneros del Asia podemos citar a santo Tomás (el apóstol), san Bartolomé, san Francisco Javier, Mateo Ricci y Roberto de Nobili.

Anunciar el Evangelio a los pueblos asiáticos que tienen
profundas tradiciones religiosas y costumbres sociales, no es sencillo. Ellos tienen un concepto de divinidad que no les permite aceptar fácilmente el mensaje cristiano que predica al Hijo de Dios que se humilla tomando naturaleza humana, y muriendo en una cruz para redimir el mundo.

Actualmente, la Iglesia mantiene en el continente: 1.076 Hospitales, 3.402 Dispensarios, 340 Leproserías, 1.685 Hogares para ancianos y minusválidos, 3.049 Orfanatos y 2.959 Jardines de Infancia

Asia envía 8.481 misioneros; recibe 6.306 misioneros.

Asia significa, sobretodo, variedad, pluralismo, multiplicidad. El mayor reto que tiene por delante la Iglesia es la evangelización de Asia. La imensa mayoría de su población vive en la extrema pobreza.

"El primer milenio v
io la evangelización de Europa. El segundo, la de América y Africa. Y el tercero prepara una abundante cosecha"(Juan Pablo II). El continente asiático es el mayor reto que tiene por delante la Iglesia. La evangelización de Asia no es precisamente una pera en dulce. Baste una mirada breve a las cifras - que en este continente son siempre de grandes dimensiones -, para percibir la envergadura de la misión.

Asia significa, antes que nada muchísima gente. Asiática es más del 60% de la humanidad, casi la mitad de ella tiene menos de 15 años y la inmensa mayoría vive en la extrema pobreza. Y Asia significa, sobre todo, variedad, pluralismo, multiplicidad.

Disparidad física y geográfica, variedad de razas y grupos étnicos, diversidad de lenguas (solo en China hay más de 800), sistemas políticos y estructuras sociales. Asia está compuesta no sólo de "varios países, sino, por decirlo así, de varios mundos".

Hay, pues, muchas Asias. Cada una de ellas tiene su propia y fuerte riqueza espiritual. Porque Asia también significa religión. En ella han nacido, además del cristianismo, las otras grandes religiones del mundo: hinduismo, judaísmo, islam... además de muchas otras tradiciones religiosas: taoísmo, confusionismo, sintoísmo e innumerables creencias y cosmovisiones indígenas.

VIDEO: MISIONEROS EN EL MUNDO ENTERO



Así, en Asia vive el 85% de todos los no cristianos del mundo, mientras que los católicos - alrededor de 100 millones - son sólo el 2.9% de los 3.700 millones de asiáticos. Si tenemos en cuenta que más de la mitad de éstos están en Filipinas, los católicos suponen únicamente el 1%. En todos los países el cristianismo es una pequeñísima minoría. Estos números muestran a las claras la enorme tarea que tiene por delante la Iglesia .

viernes, 21 de mayo de 2010




ORACIÓN
POR LAS VOCACIONES MISIONERAS



Oh Dios, que admites a los hombres al incomparable honor de asociarlos a Cristo en la obra de la salvación de las almas, dígnate, te suplicamos, multiplicar entre nosotros las vocaciones y las almas verdaderamente apostólicas. Ensancha tu mirada y dilata nuestros corazones, para que por encima de intereses y ambiciones terrenas, aspiremos a triunfos superiores a los de la fuerza, para contribuir todos de esta manera, según nuestros medios, a la extensión del Reino de Jesucristo. Amén.



En Africa la Iglesia Católica vive un momento de especial importancia en el que se juega la autenticidad de seguimiento al Evangelio.

La Iglesia católica ha experimentado un crecimiento espectacular en Africa. Vive un momento de especial importancia, en el que se juega la autenticidad de su seguimiento evangélico y de su servicio.
De los 750 millones de habitantes africanos, 123 millones son católicos, cifra que supone un crecimiento espectacular, si se compara con el millón que eran a comienzos de este siglo o los 24 millones de 1960. Desde ese mismo año hasta el 2.000 los cardenales han pasado de 1 a 14, los obispos nativos de 40 a 405, los sacerdotes de 2.000 a 15.535. Los seminaristas mayores son casi 17.000 y, los catequistas 343.000.
Se ha traducido la Biblia a múltiples lenguas locales; se han formado miles de líderes, se han abierto escuelas, hospitales, centros de formación agrícola; se han organizado estructuras parroquiales, diocesanas e internacionales.
Africa - cuyos habitantes se distinguen especialmente por su amor a la vida y por su capacidad de gozar de ella - es hoy como un Israel que exige liberación del Egipto de las guerras, de las epidemias, del analfabetismo, de la falta de respeto a los derechos humanos, de las multitudes de refugiados; es como el ciego Bartimeo que grita a Jesús cuando siente qu
e pasa. La Iglesia Católica ha recogido el grito por la vida, al afirmar en su mensaje sinodal "Cristo, nuestra Esperanza, está vivo y nosotros viviremos".
La Iglesia Católica vive en Africa un momento de especial importancia en el que se juega la autenticidad de seguimiento evangélico y de su servicio. Hay algunos desafíos urgentes:
1.- Anunciar la Palabra sin desmayo.
2.- Constituirse como familia de Dios.
3.- Constituirse como "familia de Dios en Africa", es decir, inculturada.
4.- Al servicio de su pueblo. Africa todavía necesita de nuestro apoyo para convertirse en la nueva patria de Cristo. Nuestra oración y aporte económico es vital para conseguir este objetivo.